Una cumbre para liberales nostálgicos
Por Carlos Noriega, página 12
La cumbre de la APEC culminó con una declaración a pedir de Bush: reafirmó su fe en el poder de los mercados para salir de la crisis mundial y criticó el proteccionismo, como si éste fuera el culpable del derrumbe financiero.
Con una apuesta en favor de intensificar del libre comercio y una condena al proteccionismo, culminó ayer la XVI Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), que reunió en Lima a los jefes de Estado de los 21 países miembros, entre ellos Estados Unidos, China, Rusia, Japón, Australia, México y Chile.
La Declaración de Lima, que recoge los acuerdos de esta cumbre, señala que la crisis económica mundial debe ser combatida acelerando la liberalización de la economía y del comercio. En esa línea, los países de APEC se comprometieron a no imponer nuevas barreras a la inversión y al comercio durante los próximos doce meses, como mínimo, y anunciaron que denunciarán cualquier medida proteccionista que adopte algún país, ya sea éste miembro o no de APEC.
En la Declaración, los países firmantes también se comprometen a reimpulsar las negociaciones de la Ronda de Doha para buscar un pronto acuerdo de comercio a nivel mundial. Sobre este tema, no se mencionan directamente los subsidios agrícolas de los países desarrollados, que tienen empantanadas las negociaciones, pero se señala que debe llegarse a una conclusión “amistosa y balanceada” que reduzca “las medidas que distorsionan el mercado en el comercio agrícola mundial”.
También se adoptaron los compromisos de fortalecer las instituciones financieras en crisis e incrementar el gasto fiscal en obras de infraestructura para contrarrestar la recesión económica. Como se esperaba, el documento final de la cumbre de APEC dio su respaldo a los acuerdos sobre la crisis mundial que adoptaron los países del G-20. Nueve de los países que estuvieron en la reunión del G-20 en Washington forman parte de APEC. De esta forma, la cumbre de APEC finalizó con una ausencia de autocrítica sobre las causas de la grave crisis económica mundial, que, según diversos expertos, están vinculadas, precisamente, con las políticas de libre mercado defendidas cerradamente por los países integrantes de APEC. Las naciones que forman este foro económico representan el 41 por ciento de la población mundial, el 49 por ciento del comercio del mundo y el 55 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) a nivel mundial.
“Vamos a ganarle a la crisis, unidos los pueblos y las empresas; vamos a recapitalizar las instituciones financieras; vamos a evitar la recesión del mundo. El mejor remedio a la crisis es profundizar el libre mercado”, dijo, rebosando optimismo, el presidente peruano, Alan García, encargado de anunciar las conclusiones de la cumbre de APEC.
“Esta crisis será pasajera. El mundo tiene recursos financieros nunca antes vistos, un gran mercado en todos los hogares y una inmensa capacidad tecnológica para superar la crisis”, remató García, que en uno de sus discursos en APEC, ante al sorpresa de quienes lo escuchaban, había calificado la grave crisis mundial como “una crisis de riqueza, de crecimiento” y pronosticado el inicio de una era de bonanza económica “sin precedentes” dentro de 18 meses.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no estuvo presente al momento en que García anunció las conclusiones de APEC, rodeado de los mandatarios asistentes a esta cumbre, todos vestidos con un típico poncho peruano de color marrón. El norteamericano se fue rápidamente al aeropuerto inmediatamente después de posar para la tradicional foto grupal.
Muy temprano en la mañana de ayer, Bush se reunió en privado con Alan García para buscar la forma de acelerar la implementación del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos y Perú, que todavía tiene algunos temas pendientes por resolver –como la exigencia de Washington, por presión de las ONG ecologistas y sectores demócratas, de una legislación más rigurosa en Perú para los delitos ambientales– para que pueda entrar en vigencia. Bush y García quieren cerrar estos temas antes del 20 de enero, cuando el norteamericano debe abandonar el poder.
Por su parte el presidente mexicano, Felipe Calderón, subido en la ola del libre mercado que impulsó esta cumbre, criticó el anuncio del electo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de revisar el Nafta, el tratado de libre comercio norteamericano.
“Renegociar el Nafta sería una muy mala idea. El propósito de renegociar es que haya menos mercado y menos comercio. Una revisión (del tratado) cancelaría oportunidades de empleo en México y aumentaría la inmigración ilegal a Estados Unidos”, disparó Calderón, que ayer viajó a Buenos Aires para una visita de Estado.
La cumbre de APEC, que en estos días concentró la atención de todos los medios de comunicación, le ha permitido al presidente García, que tiene menos de 20 por ciento de aprobación, tomarse un respiro de las protestas sociales, que en las últimas tres semanas dejaron cuatro muertos, y de un grave escándalo de corrupción por el pago de sobornos para obtener licitaciones que remece a su gobierno. “APEC ha enfriado las protestas sociales y las denuncias de corrupción, pero el gobierno sigue caminando sobre un piso muy inestable”, le aseguró a PáginaI12 el politólogo y catedrático de la Universidad Católica Carlos Reyna.
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