MOVIMIENTO MACROREGIONAL DEL CUSCO
PROYECTO PUEBLO
Construyendo una alternativa desde el pueblo

jueves, 26 de febrero de 2009

BOLETIN DE PROYECTO PUEBLO DE FEBRERO

PROYECTO PUEBLO

Febrero - MMIX proyectopueblo_06@ hotmail.com Política e Ideología

ACTUALIDAD POLÍTICA

Ante la crisis financiera, económica organización popular
SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO

Los luchadores de siempre, aquellos ejemplos de acción, ante la constante agresión, corrupción y olvido de las diversas autoridades, en estos tiempos nos dirían ¡recurrir a lo mejor del pueblo, SU UNIDAD!, la fortaleza del pueblo es la UNIDAD y es verdad la unidad del pueblo es lo único que puede afrontar con éxito, la actual crisis financiera y económica mundial, las consecuencias de esta crisis aún no lo sentimos con claridad, o en su real dimensión RECIEN SE VIENE LO PEOR, esta es una crisis que el pueblo nunca lo genero, sin embargo los agentes de EEUU y sus guardianes como el APRA nos dicen que debemos de preparar un plan anti crisis, con mayores impuestos, y una SUNAT cerrando pequeñas tiendas y negocios del pueblo.
Nuestra lucha es por la UNIDAD, es por la integración, macroregional y continental como respuesta al neoliberalismo aplicado por Belaunde, Fujimori, Toledo, Alan García, TODOS traidores a la patria y los pobres.

QUÉ PIENSA PROYECTO PUEBLO
EL IDEARIO DEL PUEBLO

En los actuales tiempos es difícil distinguir que piensan los partidos políticos o que ofrecen; generalmente y sobre todo en proceso de elecciones, recurren a una figura para captar el imaginario del pueblo, así presentan “casitas, ollitas, choclitos, banderitas, Inkas, etc.” de todo, pero NO dicen lo que aran una vez que estén en el poder, por eso engañan, mienten; trafican, roban, denuncian dirigentes, y son nuevos dictadores. PROYECTO PUEBLO a diferencia de estos grupos presenta su pensamiento, su ideario que es el ideario del poblador común.

En medio de la crisis que sacude a este modelo, como PROYECTO PUEBLO: planteamos una propuesta que parta de nuestras raíces, recoja lo mejor de nuestra experiencia histórica y recupere los sueños y luchas de la humanidad. Nos asumimos como una parte más de ese torrente en el que deben confluir diversas fuerzas que den forma a una mayoría social y política que hagan posible cambios de fondo en el país, construyendo así una patria para todos y todas, abra un nuevo curso histórico. Queremos construir una sociedad justa y solidaria y para lograrlo nos planteamos los siguientes elementos que delinean nuestro horizonte. IDEARIO DE PROYECTO PUEBLO (resumido)

1. El Poder popular, la democracia radical e integral, la emancipación humana, la autonomía individual y colectiva como norte fundamental
El poder popular es un medio y un fin en el que se hace concreta y radical la democracia como forma de convivencia y como forma de organizar la autoridad, el ejercicio soberano del poder. En la gestión social, comunitaria de la salud, de la educación, de los espacios territoriales, de lo público estatal en general, en el ejercicio de los derechos, las personas no son objetos de explotación sino sujetos creadores de riqueza social que el trabajo emancipa.
La democracia sustantiva, para nosotros significa la alternativa para una convivencia en la que sea posible una relación creativa en medio de una gran diversidad. El ejercicio concreto de la libertad de los individuos, las comunidades y los pueblos, ese anhelo tan humano de ser dueño de su propio destino.

2. La refundación de la política
Reivindicamos la política como una capacidad creadora que se manifiesta tanto en los ámbitos institucionales como en los sociales incluyendo la misma vida cotidiana. Es esa capacidad que se despliega para construir nuevas realidades, el ejercicio concreto de la libertad, de la autonomía y del poder popular yendo más allá de lo establecido.

3. Globalización alternativa, socialismo raigal, valores comunitarios
Apostamos por la globalización de la solidaridad y la libertad de los pueblos que implica no sólo soberanía política sino también cultural y alimentaria. Autodeterminación.
El "socialismo raigal" es para nosotros recuperar la memoria, las tradiciones, los saberes, la historia, constituyendo una globalización distinta, en la que se constituyen nuevas formas de ciudadanía global desde los territorios concretos, donde sus habitantes, sus organizaciones, movimientos y comunidades se vuelven protagonistas centrales de otro tipo de desarrollo.

4. Identidad cultural, alternativa civilizatoria, interculturalidad, lo andino, amazónico, afro como base, unidad en la diversidad: todas las sangres
El rescate de la cultura material, de los saberes tradicionales, de las instituciones y las formas de organización social, las visiones del mundo y las expresiones culturales que permitieron la reproducción de la vida en un medio complejo y agreste como el nuestro, para desarrollar La vida en comunidad, la crianza de lo diverso, la relación armónica con el medio ambiente, una actitud satisfactoria frente al trabajo, son claves en la definición del rumbo de la humanidad y construir "País de Todas las sangres". Donde todos los pueblos estén presentes.

5. Naturaleza, crianza, convivencia
Reestablecer una relación armónica con la naturaleza pasa por cambiar nuestra sociedad, y replantear el uso de la ciencia y la tecnología criticando sus preceptos coloniales, relacionándola fuertemente con la responsabilidad y la ética de la vida, y poniéndola al servicio del bienestar de todos entonces la lucha ecológica, es una lucha política, indesligable del orden social.

6. Refundación del país, integración latinoamericana, desde los pueblos
Nos proponemos replantear el Contrato social en el país. Denunciando la injusticia y la mentira de quienes se resiste a aceptar los derechos que los pueblos conquistaron a lo largo de siglos. La refundación del país pasa por constituir una nueva república, pluricultural, soberana, integrada a nuestra América, radicalmente democrática en la que se socializa permanentemente el poder, , sin corrupción, descentralizada donde la solidaridad es un valor central.

El sueño bolivariano, el sueño indoamericano de Mariátegui, es una tarea impostergable, construir un orden geopolítico justo y con soberanía sólo se hace posible a través de la integración continental, con una integración desde los pueblos que va más allá de los intercambios comerciales, implica relaciones solidarias de complementariedad, colaboración, articulación y fuerza antiimperialista. Con estas visiones, la construcción de las macroregiones con proyectos comunes en el sur, en el centro, en el norte, nacidos desde la misma "sociedad civil", desde abajo, desde adentro, es un imperativo.

7. Estado social y democrático de derecho, derechos humanos, derechos colectivos, responsabilidades humanas

Luchamos por la generación de leyes que estén por encima de intereses particulares y que permiten la convivencia basada en los derecho. Asumimos también que es el poder soberano del pueblo, el poder constituyente el que origina siempre y legitima el poder constituido.

Los deberes mínimos del Estado son garantizar la vida, la educación, la salud, la alimentación. De la misma manera una herramienta fundamental para pensar el Estado y un orden mejor es la declaración de los derechos humanos, no sólo civiles y políticos, sino también los derechos sociales ambientales y culturales. Los derechos colectivos, deben ser incorporados también en nuestra idea de estado de derecho.

8. Trabajo gratificante, Economía social, no depredadora, de productores

La lucha del trabajo contra el capital no sólo se relaciona con la disputa de la riqueza material que resulta de él, sino con el sentido del mismo, como una capacidad creativa, de realización que sirve para el común y no para la apropiación de un privado que la usa contra el propio trabajador. Nuestros antepasados vieron el trabajo como parte de un goce colectivo, actitud enmarcada en la vivencia comunitaria, en armonía con la naturaleza y los otros seres con los que se convive, basada en la solidaridad, que pone el bienestar colectivo e individual por delante vinculándolo además con el gozo estético.

En una economía social, el mercado, y Estado promotor del desarrollo, estan bajo el control social y orientado a su bienestar. Tanto en la planificación como en la dinámica del mercado. Por otra parte, la promoción de formas de economía solidaria, mediadas por la lógica de la ganancia, formas de economía asociativa en la que la gestión está a cargo del colectivo, en la que se intenta superar la explotación de unos por otros, haciendo de este fuente de aprendizaje, creatividad y realización colectiva. Abogamos por el desarrollo humano, por el desarrollo local, por el desarrollo de las comunidades, por el desarrollo que es sustentable, por el desarrollo territorial y endógeno como herramienta para la soberanía económica de los pueblos, en manos de los productores. Reivindicamos en este sentido la noción de productores que planteaba Mariátegui. La lucha de los trabajadores no es sólo por un mejor salario, es por el pan y la belleza.
Cusco, 25 de febrero de 2009

SOBRE LA ECONOMÍA SOCIAL

La economía social es un conjunto de agentes que se organizan en forma de asociaciones, fundaciones, mutuales y cooperativas, en las que prima el interés general por sobre el particular y en las que la toma de desiciones se realiza de modo democrático y participativo. En la economía social prevalece el trabajo por sobre el capital.

Economía social es la parte de la economía que no pertenece al sector público ni al ámbito de la economía capitalista. La economía social incluye unidades económicas pertenecientes a todos los sectores y participa en todas las fases del proceso productivo.

La economía social es la parte de la economía integrada por empresas privadas que participan en el mercado, pero cuya distribución del beneficio y toma de decisiones no están directamente ligadas con el capital aportado por los miembros o socios. En los agentes pertenecientes a la economía social se sustituye el interés particular por el general, y aparecen otras finalidades distintas de las puramente económicas.
La toma de decisiones en los agentes pertenecientes a la economía social (cooperativas, mutuales, asociaciones) es mediante un proceso democrático y de autogestión, diferente al principio mercantil de representación societaria.
En general, las empresas pertenecientes a la economía social tienen la finalidad de solucionar cuestiones sociales que ni las empresas públicas ni las privadas resolvieron satisfactoriamente. La economía social genera valor agregado y puestos de trabajo, pero funciona de un modo distinto al sector público y al capitalista.

SOBRE EL PODER POPULAR


El poder popular es el proceso a través del cual los lugares de vida (de trabajo, de estudio, de recreación, etc.) de las clases desposeidas se transmutan en célula constituyente de un poder social alternativo y liberador que les permite ganar posiciones y modificar la disposición del poder y las relaciones de fuerza y, claro está, avanzar en la consolidación de un campo contrahegemónico. Se trata de espacios de anticipación social y política, donde habita lo real posible (el poder popular consuma una transformación y a la vez posibilita la apertura a nuevas transformaciones), espacios cuyos modos se contraponen a los ejes principales de la política burguesa, tanto en sus versiones de derecha como en las "progresistas": la administración de lo dado y la gestión sin fondo utópico.

El poder popular es también asumir el potencial liberador de la propia fuerza. El poder popular es la potencia latente de las clases populares. El poder popular es praxis, por lo tanto, exige adhesiones práxicas.

El poder popular no se puede otorgar desde arriba, tampoco puede extraerse o conquistarse de las nubes. Ahora bien, la consolidación de posiciones permanentes de poder popular exige resolver la cuestión del poder estatal. Si el Estado constituye una porción del poder, si es parte de una totalidad compleja, la lucha de clases también se expresa al interior del Estado. Es necesario observar que el ejercicio del poder estatal por parte de las clases populares constituye un momento instrumental en el proyecto por crear un nuevo bloque hegemónico. Por supuesto, esto nada tiene que ver con una política de arribismo de ciertos dirigentes devenidos en funcionarios, ni con una supuesta lucha “desde adentro”, en las entrañas mismas del edificio burocrático.

El poder popular tiene que asumir la necesidad de ampliar la conciencia gubernamental del pueblo, de lo contrario podemos contribuir a que esta conciencia sea patrimonio exclusivo de las elites o se ponga de manifiesto solamente en el gobierno de unidades mínimas. La conciencia gubernamental del pueblo, desde un punto de vista socialista, es el primer momento de la lucha por la abolición del Estado.

Es necesario apartarse de cualquier concepción que vea en la noción de poder un aliciente para la corrosión de la especie humana. Toda relación entre los hombres es una relación de poder en tanto “el sujeto es un ensamble de relaciones sociales”. Negar el carácter desigual de las relaciones sociales es despojarlas de todo contenido humano.

El poder popular requiere el desarrollo de formas de mando. Pero un mando horizontal, democratizado, heterárquico.

En ese camino, las prácticas que construyen poder popular son portadoras de una nueva institucionalidad que preanuncia las formas de la sociedad por venir. El poder popular es un poder para desactivar las potencias que objetivan, manipulan y explotan, un poder que le permite al pueblo disfrutar de sus acuerdos, de su cohesión, de su realización, en fin, un poder que le permite "vivir".

Así como todo Estado se sostiene en una idea de nación, pensar el poder es pensar un territorio en el que se desenvuelven determinadas relaciones sociales. El poder popular erige una territorialidad social donde se expresan las capacidades autoemancipatorias de las clases subalternas.

Pensar el poder popular, desde nuestra condición periférica, lleva a pensar en un sujeto plural, multisectorial, un sujeto social múltiple capaz de articular a un conjunto amplio de sectores sociales. El sujeto popular no es un dato de la realidad; por el contrario, es una construcción que se trasluce en proyecto. En la complejidad por articular ese sujeto múltiple reside la posibilidad de crear instancias de poder popular. Sin embargo, la articulación no es un hecho mágico. La burguesía opone obstáculos a todo lo que puede dañar sus intereses. La dominación capitalista no se deriva directamente de sus propias estructuras sociales, existe una hegemonía burguesa que es necesario socavar.

No es posible pensar el poder desde abajo sin dar forma a una narración que otorgue sentido a las luchas populares, una historia propia que reconozca el sentir y el pensar de las clases dominadas. Pensar el poder popular implica, parafraseando a Walter Benjamin, el empeño por “cepillar la historia a contrapelo”.

El poder popular no es populista. En la construcción de poder popular se vislumbran los cimientos de un proyecto propio de las clases subalternas que disputa hegemonía a los sectores dominantes.


CHOCCO: ANIVERSARIO Y LUCHA

Entre los diferentes núcleos de familias que histriónicamente se atrevieron a vivir en esta parte del Cusco, sin lugar a dudas se encuentran grandes luchadores como Sabino Tunque, Valentín MENA, Pedro soto, el Profesor Pancho y nuestro compañero Carlos H., y al mismo tiempo se constituyeron en los jalones para que posteriormente existan mas de 120 nuevos núcleos vivenciales desde Cesar Vallejo hasta Araway, son hombres que conquistaron cerros, agua, vida y ahora nos aprestamos a conquistar y construir EL PODER POPULAR y la democracia sustantiva y real

Este aniversario nos encuentra precisamente envueltos en nuevos desafíos hacer de CHOCCO el baluarte de la calidad de vida, el nuevo eje de desarrollo de esta parte de santiago, estamos seguros que con la nueva Junta directiva los desafíos se encaminaran a una solución plena para los hijos de Chocco y moradores, los pequeños problemas se están resolviendo ahora miremos a la posibilidad de construir ese poder popular, por todo ello DESDE EL MOVIMIENTO MACROREGIONAL PROYECTO PUEBLO LES SALUDAMOS: a la nueva junta directiva y a sus habitantes luchadores de siempre. ¡VIVA CHOCCO! ¡FELIZ ANIVERSARIO!

TRAVESURAS DE UNAS NIÑAS MALAS(SOBRE EL LIBRO "LA MANO INVISIBLE EN EL ESTADO DE FRANCISCO DURAND/ JURGEN SCHULDT


Travesuras de unas niñas malas

Jürgen Schuldt

Perú, junio del 2006.


Es impresionante el número de reseñas que ha merecido "Travesuras de una niña mala", la graciosamente triste novela más reciente de nuestro futuro premio Nóbel, así como las de otras obras premiadas o menores de la literatura peruana. En cambio, en lo que a las ciencias sociales concierne, es poco lo que la prensa acostumbra difundir y mucho lo que busca ocultar, especialmente cuando los textos palpan alguna fibra sensible de nuestra sociedad. Un caso ilustrativo a ese respecto es el ninguneo del excepcional libro "La mano invisible en el Estado" de Francisco Durand, profesor peruano de ciencia política en la Universidad de Texas.

El intento de silenciarlo es comprensible, ya que versa sobre las no siempre invisibles relaciones incestuosas existentes entre el Estado y las poderosas empresas multinacionales (acompañadas por ciertos capitales nacionales desvanecientes), esas niñas traviesas que ingresaron al país a lo largo de los últimos tres lustros. A la luz de las cuales las travesuras de la gélida niña mala de MVLL resulta ser apenas una nena de pecho; y no sólo por lo que el autor nos relata en torno a la pérfida corrupción, voracidad y rentismo que han campeado en materia de privatizaciones y concesiones, licitaciones y arbitrajes, recompra de papeles de la deuda externa y rescates bancarios, entre otras fechorías que delatan el carácter mercantilista de nuestro bamba-liberalismo.

Si bien pululan los estudios económicos y sociológicos sobre las más variadas patologías de la sociedad peruana, pocas veces se llega a un análisis concienzudo de sus determinantes y causas más profundas. ¿Cómo pueden entenderse nuestros lacerantes problemas si no se conocen los vericuetos del poder económico en el Perú actual? Más aún ¿cómo comprender la lógica de las decisiones de política económica y las reformas institucionales que adopta un gobierno, cómo la dinámica sociopolítica del país, cómo las peculiares relaciones externas, sin un conocimiento de lo que Durand denomina la "nueva clase corporativa"? De ahí que sus cuestionamientos también estén dirigidos a los politólogos, porque la suya es "una línea de investigación que mire a la político no solo como una cuestión de régimen y ciudadanía, sino como un sistema que está determinado en forma compleja pero efectiva por las nuevas estructuras del poder económico nacional e internacional".

A ese respecto, el autor traza "el nuevo mapa de poder post reforma neoliberal", en que enfatiza "el rol de dos actores centrales, los grandes empresarios y la familia neoliberal (intelectuales orgánicos, tecnócratas o técnicos y políticos), considerando tanto la rama nacional como la internacional, y su impacto sobre el proceso político y el sistema político peruano". Esa cúpula del gran poder económico se modificó en ese breve lapso, transfiriéndola de los agonizantes "12 Apóstoles" (grupos de poder económico familiares peruanos) a una docena de empresas multinacionales y latinoamericanas (privadas y estatales), como consecuencia de las reformas estructurales y de política económica ortodoxas de los años noventa. Esa nueva alianza ha capturado, no sólo el Estado, sin mayores contrapesos, sino también a importantes medios de comunicación, encuestadoras, consultoras empresariales, universidades, fundaciones y estudios de abogados. Con lo que se ha convertido en el "actor político privilegiado", por poseer "niveles de acceso e influencia de los cuales no goza ningún otro grupo de interés, estrato o clase social" y, aún más, que le permite "empujar la reconfiguración del resto de la pirámide social". De donde se tiene que "se trata de una mano invisible en el Estado que otorga favores y privilegios y que luego, una vez obtenidos, tiende a mantenerlos a toda costa", asumiéndolos como "derechos adquiridos". Afortunadamente, gracias a los vladivideos (y a algunas investigaciones congresales), muchas de esas manos non sanctas perdieron su transparencia fantasmal desenmascaradas por fajos de billetes de las arcas fiscales y del narco y armastráfico.

Esta desnacionalización de la economía, el rol subordinado que ahora desempeña el capital nacional y la concentración económica a que ha dado lugar, que no tiene precedente en el país, se ha constituido en el "nuevo centro gravitacional de la sociedad peruana", en que estas "grandes corporaciones son islas de prosperidad en un mar de pobreza".

Y es aquí donde asoma la irreverente intromisión del autor en las tranquilas conciencias de las cúpulas del poder (y de los científicos sociales 'orgánicos'). Porque, como bien lo dice, "el tema de 'los que mandan' les resulta incómodo a los defensores del neoliberalismo, aunque cabe recordar que en el pasado criticaron al populismo por ser 'mercantilista' y armar 'coaliciones de intereses' que medraban del Estado. Hoy se han olvidado de dicha crítica porque ocupan el poder y quieren mantenerlo y justificarlo, más que explicarlo". Con lo que, contra lo que pronosticaban los economistas ortodoxos, el proceso de apertura y liberalización "ha contribuido a acentuar en lugar de cerrar el déficit de entrepreneurship nacional"; lo que Durand atribuye, tanto a la debilidad históricamente intrínseca del capital nacional y a su incapacidad de adaptarse al shock competitivo (especialmente en el caso de las empresas familiares que eran dominantes antes de la era neoliberal), como a las crisis sucesivas que lo terminaron de desangrar.

Sin embargo, acota Durand, el problema del paradigma neoliberal y su esquema de 'desarrollo' es que, si bien "podrá tener hegemonía, pero le es difícil adquirir legitimidad en parte por el rol secundario y poco activo del factor empresarial nacional que no le da sustento y no le permite consolidarse". Más aún, ya que "el divorcio entre elites y masas se fue acentuando" en los años noventa, el dominio neoliberal irrestricto solo puede sostenerse "porque ha ocurrido una concentración de actores en la cúpula y una dispersión de actores en la base. Permite una gerencia de conflictos sociales. Se trata de una estrategia de bomberos que, mientras tengan fuegos aislados en la base, pueden apagarlos efectivamente... en tanto no se incendie toda la pradera".

La relevancia que esto tiene para el próximo gobierno es evidente: necesariamente tendrá que negociar con (¿someterse a?) esa cúpula de niñas malcriadas y no necesariamente contará con las bases organizadas tan necesarias para solventar sus proyectos de cambio. Porque el autor reconoce muy bien que, ante la conmoción sociopolítica y económica que generaron las reformas neoliberales, "las fuerzas que toman la iniciativa en la crítica y la oposición por sí misma no garantizan una capacidad de gobierno bajo nuevas orientaciones. Las principales limitaciones son que: a) no existe aún un paradigma alternativo que sea y parezca viable, b) ocurre una fuerte atomización de fuerzas políticas y de organizaciones populares que no logran converger por un mismo cauce (unos actúan en el Congreso, otros en la calle, sin mayor coordinación), y c) se nota la ausencia de partidos y líderes políticos que representen orgánicamente esas aspiraciones".

En suma, el libro de Durand es de lectura obligatoria y de información e interpretación básica para entender el cambiante presente y para pronosticar el caliginoso futuro de la economía política del Perú. Habrá que estar atentos para seguir, paso a paso, los desplantes y dislates que las niñas traviesas puedan seguir cometiendo en la aventura (¿tragicómica?) que habremos de experimentar en los próximos años con el flamante nuevo gobierno que ha prometido un 'cambio responsable' que seguramente terminará en un continuismo irresponsable.

lunes, 16 de febrero de 2009

CHAVEZ RATIFICO EL LIDERAZGO CON UNA MAYORIA CLARA


El 54,36% para el Sí y el 45,63% para el No a la enmienda constitucional
Chávez ratificó el liderazgo con una mayoría clara


Marcos Salgado
Rebelión

Poco después de las 9 y media de la noche del domingo en Venezuela, la presidenta del Consejo Nacional Electoral Tibisay Lucena confirmó oficialmente la victoria del Sí con 6.003.594 votos (el 54,36 %) contra 5.040.082 votos (el 45,63 %) por el “No”. Esto con un concluyente 94,2 por ciento de los votos escrutados. Lo que queda por sumar, que se conocerá luego del cierre de esta edición, no alterará la noticia: el presidente Hugo Chávez revalidó su liderazgo y podrá presentarse como candidato a un tercer mandato consecutivo en las presidenciales de 2012.


Miles de corazones paralizados frente a las pantallas de los televisores estallaron en alegría que se derramó en los cerros, los barrios y las avenidas de la noche de Caracas, cuando la autoridad electoral confirmó la victoria del Sí a la enmienda de cinco artículos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que desde ahora permitirán eventuales postulaciones sucesivas a todos los cargos electivos.


“Te felicito por una victoria que por su magnitud es imposible medirla” le dijo el líder cubano Fidel Castro al presidente venezolano apenas conocidos los resultados, según contó el mismo Chávez desde el “balcón del pueblo”, en el Palacio de Miraflores. “Hoy se estaba definiendo mi destino político”, recordó el mandatario venezolano y contestó en parte el interrogante de Fidel. “A partir de este instante me consagro íntegramente al pleno servicio del pueblo venezolano. Una consagración definitiva”.


Palabras que sonaron como un yunque al cuello en el comando de campaña del “No”, donde antes de los números oficiales varios dirigentes intentaron asegurar que contaban con “buenos números” sobre la performance de la opción negativa.


Tercer ciclo


“Ahora se viene lo bueno”, aseguró Chávez. “Con esta victoria de hoy comienza el tercer ciclo histórico de la revolución bolivariana, del 2009 al 2019”, remarcó el presidente venezolano mientras recibía a los que llegaban en largas caminatas hasta el palacio de gobierno. “El camino es el camino de la dignidad del pueblo. Ese camino tiene un sólo nombre: el socialismo”, reafirmó.


“A menos que el pueblo disponga otra cosa, este soldado es ya precandidato a la presidencia de la República, para el 2013 al 2019”, gritó Chávez y arrancó una ovación de las mayorías que ganaron las calles de Venezuela nuevamente, después de dos elecciones con sabor amargo. La de diciembre de 2007, cuando por una pequeña diferencia se impuso el “No” a la reforma constitucional y la reciente de noviembre de 2008, cuando el Partido Socialista Unido de Venezuela no logró reconquistar y tampoco retener las gobernaciones y alcaldías de algunos de los distritos más poblados del país.


En el mismo discurso de la victoria, el presidente Chávez delineó los ejes de sus próximos años de gobierno. “Retomemos con fuerza la política de las ‘tres R’: revisión, rectificación y reimpulso revolucionario” indicó y le puso nombre a las prioridades: la lucha contra la inseguridad y “la corrupción en sus mil maneras, el despilfarro, el burocratismo y la ineficiencia”. También llamó a “fortalecer las misiones sociales”, que en los primeros años de su década de gobierno lograron una efectiva llegada del Estado a los más necesitados, postergados por décadas de alternancia conservadora.


“El que no se ría es chavista”. “Pongan caras de felicidad, que hay motivos para festejar”, reclamaban en el comando del “No” algunos dirigentes, mientras esperaban que la televisora opositora Globovisión les diera un pase en vivo para hablar sobre los resultados, ignorando que otras cámaras los tomaban. Una postal del desconcierto de otra batalla perdida a manos de la fuerza del voto popular.



Alta participación


A diferencia de votaciones anteriores, donde la característica de la jornada eran las largas colas frente a los centros de votación, esta vez una recorrida por diferentes zonas de Caracas mostraban que el proceso fluyó más rápido. Aunque se temía en los comandos por el “Sí” que tal rapidez estuviera ligada al ausentismo, el comunicado oficial del Consejo Nacional Electoral espantó fantasmas: la participación era nuevamente histórica, arañando el 70 por ciento.


Cuando todavía los rezagados llegaban a los centros electorales, los comandos de campaña ya contaban con encuestas a boca de urna que daban ganador al “Sí”. Desde el Comando Simón Bolívar del “Sí” el ministro de Finanzas, Alí Rodríguez Araque, reclamó a la oposición que aceptara los resultados electorales. A la misma hora, opositores variopintos poblaban las pantallas y los parlantes de la profusa prensa opositora venezolana machacando sobre supuestas irregularidades en el proceso de votación, aunque se cuidaban de hablar de “fraude”.


La ecuación de este sector es tan simple como repetida: tomar hechos difundidos pero no confirmados por los medios de comunicación privados (demoras en la apertura de los comicios, confusiones en el mecanismo de votación, pequeños desperfectos del sistema de conteo de votos), darles inmediatamente carácter nacional y sugerir que son parte de un plan concebido desde el gobierno, cuyos alcances y objetivos son tan imprecisos como el origen mismo de las denuncias.


A la misma hora, desde las zonas populares de la capital venezolana muchos comenzaban a caminar hacia el Palacio de Miraflores, repitiendo la senda del año 2002, cuando la movilización popular permitió la vuelta al gobierno del hombre que ahora tendrá la oportunidad de revalidar su liderazgo dentro de tres años y nueve meses.


Venezuela volvió a votar, y volvió a demostrar que cuando lo que está en juego es directamente la permanencia del presidente Hugo Chávez al frente de los destinos del país, las diferencias con la oposición se agrandan. Una comunión entre el líder y las mayorías que no avienta todas la amenazas -propias y enemigas- sobre el proceso de cambios bolivariano, pero renueva la esperanza.


Un soplo de aire fresco, de otro febrero.


www.marcossalgado.wordpress.com

CARTA ABIERTA DEL MOVIMIENTO CUMBRE DE LOS PUEBLOS A LOS ORGANIZADORES DE LA ASAMBLEA NACIONAL DE LOS PUEBLOS

“Movimiento Cumbre de los Pueblos”

CARTA ABIERTA

A LOS ORGANIZADORES Y ASISTENTES DE LA ASAMBLEA NACIONAL DE LOS PUEBLOS



Lima, 14 de febrero de 2009



Estimados hermanos:



La presente Carta Abierta es nuestra respuesta a la invitación que nos hicieran llegar los organizadores de la “Asamblea de los Pueblos”. Luego de la consulta y el consenso de las organizaciones integrantes de nuestro movimiento, les expresamos que nos abstenemos de participar en el evento indicado, por las siguientes razones:



El Movimiento Cumbre de los Pueblos (MCP) es un proyecto político de los pueblos indígenas, comunidades y organizaciones sociales del Perú. Luchamos por la soberanía de los pueblos, contra la colonización transnacional y su modelo del saqueo de los bienes naturales, proponemos una integración desde y para los pueblos, que supere las reivindicaciones temporales y se sustente en los principios y prácticas ancestrales de complementariedad, reciprocidad, dualidad entre pueblos y con la madre naturaleza, con decisiones tomadas de manera colectiva.


El Movimiento Cumbre de los Pueblos es diferente a los espacios creados por los partidos tradicionales y sus elites, diferente en objetivos, programa y método de construcción. hemos nacido desde las luchas locales para un cambio del modelo neoliberal en nuestro país, lejos de las luchas reivindicativas y electorales, teniendo como horizonte principal la construcción de un Estado Plurinacional con democracia comunitaria y un sistema económico social para el BUEN VIVIR.


La unidad que impulsamos con todas nuestras fuerzas es aquella que sirva para la lucha contra el modelo neoliberal y el gobierno que lo aplica. Esa unidad la construimos desde las bases y al calor de las luchas concretas, para poner fin al actual sistema entreguista criminalizadora y corrupta, por un cambio del marco constitucional. Cualquier discusión sobre la unidad que no contemple estos objetivos políticos elementales, la consideramos carente de todo sentido.


Rechazamos todo espacio que no se haya construido participativamente con las bases. Sostenemos que la legitimidad y la legalidad son producto de un tratamiento horizontal. El proceso en el país nos llama a hacer la unidad con cambios generacionales, de estilos, descentralizada, sin cúpulas ni caudillos. Sin embargo, reconocer que existen diferencias políticas entre nuestros proyectos no implica que el proceso social no nos una para dar la lucha conjunta por la vida, los bienes naturales y los intereses de nuestros pueblos, la crisis de la civilización occidental nos llama a reconstruir el pensamiento de nuestros pueblos, lejos de los modelos ajenos y practicas Eurocentristas.


Por ello el Movimiento cumbre de los pueblos es difícil de entender, difícil de aceptar, y difícil de negar, y los llamamos a abrir un debate con los movimientos sociales sobre los reales intereses del pueblo Peruano.



Fraternalmente, por el Movimiento Cumbre de los pueblos







Miguel Palacín Quispe Mario Palacios Panez

EL PERU COMO BOTÍN/ JAVIER DIEZ CANSECO

El Perú como botín
Javier Diez Canseco · · · · ·

15/02/09


¿Está el Perú condenado a ser pasto de las aves de rapiña? ¿Nos habrá marcado la conquista, que no la novelada acción de aventureros liderados por un criador de cerdos sino una operación de una compañía española montada con los aportes de Pizarro, Almagro y Luque (testaferro de poderosos capitales comprometidos en el lucrativo negocio de colonizar y expoliar otros pueblos)? Luego de independencia, los criollos –con una "república soberana"– excluyeron a los pueblos originarios y mantuvieron la oprobiosa esclavitud.



Sintiendo al país como su chacra, perpetuaron la herencia colonial del patrimonialismo (usar el puesto público como instrumento para fines privados) y se convirtieron en testaferros y aliados de los poderes coloniales y sus intereses económicos y políticos. Desde entonces, hemos sido botín de extranjeros, sus "socios" internos y autoridades serviles a sus intereses. Por ello mismo, nuestra historia está marcada por negociados y entreguismos, así como por la resistencia popular y nacional, por expresiones de rebelión e indignación social, tenaces luchas por el cambio y por frustrados esfuerzos por lograrlo.



La batalla contra la Internacional Petroleum Company, consecuencia del infame laudo Brea y Pariñas, que motivó la campana de Petróleo para el Perú, fue uno de los casos de entreguismo y corrupción que convocó a la lucha por la soberanía nacional. Se convirtió en bandera de diversas fuerzas políticas como Belaunde, que la abandonó en el camino, hasta que Velasco que la recuperó, fundando Petroperú.



Hoy enfrentamos una nueva trama de corrupción y entreguismo, bajo la alianza del APRA, el fujimontesinismo y la derecha, que compromete los recursos naturales energéticos fundamentales. El gas de Camisea –entregado en vergonzosas condiciones por Toledo y Kuczynski– y lo poco que queda de Petroperú –tasajeada y malbaratada por el fujimorismo a favor del capital extranjero– vuelven a plantearnos una sórdida trama que reclama de una reacción nacional.



Acabamos de saber que han vendido Petro Tech, empresa involucrada e investigada en el escándalo de los petroaudios que maneja lotes petroleros (desde Fujimori) con ignominiosas granjerías y ha evadido el pago de tributos. La vendieron en US$ 900 millones (cuando la ofertaban en US$ 1,500) y ni siquiera han pagado los impuestos por las ganancias de capital en el Perú. Una empresa que tendría que responder por un juicio en el que se le involucra en serios delitos se vende. Lo peor: previa consulta de los compradores con Alan García. Sí, antes de comprar, la colombiana Ecopetrol, el ministro de Energía de Colombia y los coreanos se aseguraron de que podrían comprar a precio de oferta con garantía del mismísimo García que en enero había estado por suspender la entrega de lotes petroleros a Petro Tech y la acusaba de chuponeo. Negocios son negocios, ¿no? ¿Acusa de ratas a Quimper y León Alegría, pero avala transferencias de empresas metidas en notorios enjuagues?



Paralelamente, el diario Folha de Sao Paulo anuncia que Petrobras compraría 30% de Petroperú. Es decir, continúan intentando rematar las joyas de la familia peruana (aunque hayan pretendido desmentirlo) y, a la vez, el Estado tiene paralizada la modernización de la refinería de Talara para que no pueda producir combustibles comercializables en el mercado nacional y se creen las condiciones para privatizarla. ¡En lugar de fortalecer Petroperú, la debilitan y la venden por partes! Para manejar el negocio ponen al impresentable Pedro Sánchez en el Ministerio de Energía y Minas, el superman de las privatizaciones eléctricas amañadas en el gobierno de Fujimori.



Para cerrar el círculo, el gas de Camisea –concesionado por Toledo, en condiciones lesivas al interés nacional, al consorcio que lidera Hunt Oil, la empleadora de PPK– anuncia que pretende exportar nuestro gas a precios ridículos y se niega a abastecer gas a las empresas eléctricas y productivas en el país, que lo demandan. Así, no solo se paralizarían cerca de US$ 200 millones de inversiones, sino que nos encarecen la electricidad a todos los peruanos y agotan más rápidamente nuestros escasos recursos energéticos, poniéndonos en condición de dependencia en pocos años. ¿Vamos a tolerarlo, a mirar pasivamente, cómo malbaratan lo nuestro y nos someten a nuevas dependencias? ¡Vamos, hay que reaccionar! ¡Unamos fuerzas como lo han planteado el Colegio de Ingenieros y todas fuerzas progresistas del país!



Los recursos naturales y energéticos deben manejarse en función de nuestros intereses, nuestro desarrollo y nuestro bienestar, en primer lugar. Son propiedad de la Nación, de todos los peruanos, no de concesionarios extranjeros que solo ven y piensan en sus negocios, sin importarles el país ni la gente. No podemos permitir que, con la complicidad de gobiernos entreguistas, una Constitución trafa como la fujimorista y una normativa generada por funcionarios y tecnócratas serviles, se destruya el futuro del país y se pierdan nuestras oportunidades de crecimiento y progreso. ¡La banda del caballo loco debe ser frenada! ¡El país debe responder con firmeza!

Javier Diez Canseco es miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO.




La República, 9 febrero 2009

PORQUÉ ESTÁ CONDENADO AL FRACASO EL PAQUETE DE ESTIMULOS ECONÓMICOS/ DAVID HARVEY

Por qué está condenado al fracaso el paquete de estímulos económicos
David Harvey · · · · ·

15/02/09

No tiene pocas ventajas ver la crisis de nuestros días como una erupción superficial generada por derivas tectónicas profundas en el dispositivo espacio-temporal del desarrollo capitalista. Las placas tectónicas están ahora acelerando su desplazamiento, y casi con toda seguridad se incrementará la probabilidad de que las crisis del tipo de las que han venido ocurriendo más o menos desde 1980 se hagan más frecuentes y más violentas. El modo, la forma, la espacialidad y el momento de esas disrupciones superficiales resultan prácticamente imposibles de predecir, pero se puede afirmar casi con certeza que se repetirán con frecuencia y profundidad crecientes. De manera, pues, que los acontecimiento de 2008 hay que situarlos en el contexto de unas pautas de mayor calado. Que esas tensiones sean internas a la dinámica capitalista (sin excluir acontecimientos dañinos aparentemente externos, como una pandemia catastrófica), es el mejor argumento, según dejó dicho Marx, “para que el capitalismo desaparezca y se abra camino algún modo de producir alternativo y más racional”.

Comienzo por esta conclusión porque me sigue pareciendo vital, si no poner énfasis dramático en, sí al menos destacar, según he venido haciendo durante años en mis escritos, que la incapacidad para entender la dinámica geográfica del capitalismo –o aun la consideración de la dimensión geográfica como algo en cierto sentido contingente o epifenoménico— monta tanto como perder el hilo conductor que permite comprender el desarrollo geográfico desigual del capitalismo y perder de vista posibilidades de construcción de alternativas radicales. Pero eso plantea una aguda dificultad añadida al análisis, porque nos enfrenta constantemente a la tarea de intentar inferir principios universales respecto del papel de la producción de espacios, emplazamientos y contextos medioambientales en la dinámica del capitalismo a partir de un océano de particularidades geográficas, a menudo volátiles. Así pues, ¿cómo integrar la inteligencia de los datos geográficos en nuestras teorías del cambio evolutivo? Observemos más detenidamente las derivas tectónicas.

En noviembre de 2008, poco después de la elección de un nuevo presidente, el Consejo de Inteligencia Nacional de los EEUU (NCIS, por sus siglas en inglés) hizo públicas sus estimaciones délficas sobre cómo sería el mundo en 2025. Acaso por vez primera, un organismo norteamericano casi oficial predecía que en 2025 los EEUU, aun manteniendo su papel de actor poderoso, si no el más poderoso, de la política mundial, ya no sería la potencia dominante. El mundo sería multipolar y menos monocéntrico, y crecería el poder de los actores no estatales. El informe admitía que la hegemonía de EEUU había tenido en tiempos pasados sus más y sus menos, pero que ahora lo que estaba desvaneciéndose de modo sistemático era su predominio económico, político y hasta militar. Sobre todo (y vale la pena notar que el informe estaba ya listo antes de la implosión de los sistemas financieros norteamericano y británico), “la deriva sin precedentes que, en lo tocante a riqueza y poder económico relativos, observamos ahora en dirección Oeste-Este seguirá su curso.”

Esa “deriva sin precedentes” ha invertido el drenaje de riqueza que inveteradamente fluía del este, el sureste y el sur de Asia hacia Europa y el norte de América: un drenaje que comenzó en el siglo XVIII –y del que llegó a percatarse, lamentándolo, el propio Adam Smith en la Riqueza de las naciones—, pero que se aceleró implacablemente durante el siglo XIX. El auge del Japón en la década de los 60 del siglo XX, seguido del de Corea del Sur, Taiwán, Singapur y Hong Kong en los 70, y luego el rápido crecimiento de China después de 1980 (acompañado, acto seguido, por brotes de industrialización en Indonesia, India, Vietnam, Tailandia y Malaysia), han alterado el centro de gravedad del desarrollo capitalista, aunque no sin incidentes (la crisis financiera del este y el sureste asiáticos en 1997-98 vio, breve pero abundantemente, fluir otra vez la riqueza hacia Wall Street y los bancos europeos y japoneses). La hegemonía económica parece estar desplazándose hacia alguna constelación de potencias en el este asiático, y si las crisis, según he argüido, son momentos de radical reconfiguración del desarrollo capitalista, entonces el hecho de que los EEUU esté en vías de financiar con enormes déficits la salida de sus dificultades financieras y el hecho de que los déficits estén siendo en gran medida cubiertos por los países con excedentes ahorrados –Japón, China, Corea del Sur, Taiwán y los Estados del Golfo— sugieren que estamos en puertas de la consolidación de una deriva de este tipo.

Derivas así se han dado ya antes en la larga historia del capitalismo. En el concienzudo repaso que de la misma hace Giovanni Arrighi en su libro El largo siglo XX podemos ver cómo la hegemonía se desplaza desde las ciudades-estado de Génova y Venecia en el siglo XVI a Amsterdam y los Países Bajos en el XVII, para concentrarse en la Gran Bretaña a partir del siglo XVIII, antes de que los EEUU tomaran el control después de 1945. Arrighi destaca unos cuantos rasgos comunes a todas esas transiciones que son pertinentes para nuestro análisis. Cada deriva, observa Arrighi, se dio en la estela de una rotunda fase de financiarización (cita aquí con aprobación la máxima del historiador Braudel, según la cual la financiarización anuncia el otoño de alguna configuración hegemónica). Pero cada deriva trajo también consigo un cambio radical de escala, desde las pequeñas ciudades-estado iniciales hasta la economía de proporciones continentales de los EEUU en la segunda mitad del siglo XX. Ese cambio de escala cobra sentido, habida cuenta de la regla directriz capitalista de la acumulación sin tregua y del crecimiento compuesto de al menos un sempiterno 3%. Pero las derivas hegemónicas, sostiene Arrighi, no están determinadas de partida. Dependen de la aparición de alguna potencia económicamente capaz y política y militarmente dispuesta a desempeñar el papel de hegemón global (con las ventajas y desventajas que eso trae consigo). La renuencia de los EEUU a asumir ese papel antes de la II Guerra Mundial significó un interregno de tensiones multipolares que propició la deriva bélica (Gran Bretaña no estaba ya en disposición de afirmar su anterior papel hegemónico). Mucho depende también de cómo se comporte el antiguo hegemón enfrentado a la disminución de su papel tradicional. Puede pasar a la historia o pacífica o beligerantemente. Visto así, el que los EEUU sigan manteniendo un poder militar avasallador (particularmente, en el espacio exterior) en un contexto de declive de su poder económico y financiero y de creciente mengua de su autoridad moral y cultural crea escenarios inquietantes para cualquier transición venidera. Además, no es obvio que el principal candidato a desplazar a los EEUU, China, tenga la capacidad para o la voluntad de afianzarse en algún papel de potencia hegemónica, pues aunque su población es desde luego lo bastante grande como para subvenir a los requisitos de un cambio de escala, ni su economía ni su autoridad política (ni siquiera su voluntad política) apuntan a una ascensión fácil al papel de hegemón global. Dadas las divisiones nacionalistas existentes, la idea de que alguna asociación entre las potencias del este asiático podría cumplir la tarea resulta harto improbable. Y lo mismo ocurre en el caso de una Unión Europea fragmentada y fracturada o en el de las llamadas potencias BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Razón por la cual resulta plausible la predicción de que estamos aproados a un nuevo interregno multipolar de intereses encontrados y en conflicto.

Derivas tectónicas

Pero la deriva tectónica que está dejando atrás el predominio y la hegemonía estadounidenses de los últimos tiempos es cada vez más visible. La tesis de una excesiva financiarización añadida a la tesis de la “deuda como predictor principal de la hegemonía de una potencia mundial” ha encontrado un eco popular en los escritos de Kevin Phillips. Los intentos ahora en curso de reconstruir el predominio de los EEUU mediante reformas en la arquitectura del vínculo entre las finanzas nacionales y globales parece que no están funcionando. Al propio tiempo, las exclusiones impuestas a las tentativas del grueso del resto del mundo por reconfigurar esa arquitectura provocarán con casi total seguridad fuertes tensiones, cuando no abiertos conflictos económicos.

Pero las derivas tectónicas de este tipo no se producen por arte de magia. Aunque la geografía histórica de una deriva de hegemonía, según la describe Arrighi, manifiesta una clara pauta, y aunque del registro histórico resulta también claro que esas derivas vienen siempre precedidas de períodos de financiarización, Arrighi no ofrece un análisis en profundidad de los procesos generadores de tales derivas. Es verdad que menciona la “acumulación sin tregua”, y por consiguiente, el síndrome del crecimiento (la regla del 3% de crecimiento compuesto) como elementos críticos explicativos de la deriva. Eso implica que la hegemonía se desplaza con el curso del tiempo de entidades políticas pequeña (id est, Venecia) a otras más grandes (por ejemplo, los EEUU). También arguye que la hegemonía tiene que radicar en aquella entidad política que produce el grueso del excedente (o a la que fluye el grueso del excedente en forma de tributos o exacciones imperialistas). De un producto global total cercano a los 45 billones de dólares en 2005, los EEUU participan con 15 billones, lo que le convierte, por así decirlo, en el accionista principal que domina y controla el capitalismo global, con capacidad para dictar (como suele hacer en su papel de accionista en jefe en las instituciones internacionales como el Banco Mundial y el FMI) las políticas globales. El informe del NCIS basa en parte su predicción en la pérdida de predominio paralela al mantenimiento de una robusta posición en la menguante participación en el producto global de los EEUU en relación con el resto del mundo en general y con China en particular.

Pero como el propio Arrighi señala, el cauce político de esa deriva dista por mucho de estar claro. La apuesta de los EEUU por la hegemonía global bajo Woodrow Wilson durante e inmediatamente después de la I Guerra Mundial se vio obstaculizada por las preferencias aislacionistas prevalentes en la tradición política nacional norteamericana (de ahí el colapso de la Liga de las Naciones), y sólo después de la II Guerra Mundial (en la que la población norteamericana no quería entrar, hasta que ocurrió Peral Harbour) se libraron los EEUU a su papel de hegemón global mediante un política exterior bipartidista anclada en los Acuerdos de Bretton Woods, que establecieron la forma de organizar el orden internacional postbélico (frente a la Guerra Fría y a la amenaza que para el capitalismo representaba un comunismo internacional en plena onda de propagación). Que los EEUU habían venido inveteradamente desarrollándose como un Estado capaz en principio de cumplir un papel de hegemón global, resulta evidente desde los primeros días de su andadura como nación. Estaban pertrechados con las oportunas doctrinas, como la del “Destino manifiesto” (expansión geográfica a escala continental, eventualmente hasta el Pacífico y el Caribe, antes de hacerse global sin necesidad de conquistas territoriales) o la Doctrina Monroe, que exigía a las potencias europeas dejar en paz a las Américas (la doctrina fue en realidad formulada por el secretario británico de Exteriores, Canning, en la década de lo 20 del siglo XIX, y hecha suya casi inmediatamente por los EEUU). Los EEUU poseían el dinamismo necesario para aspirar a una creciente participación en el producto global, y estuvieron quintaesencialmente comprometidos con alguna que otra versión de lo que puede calificarse de la manera más feliz como “mercado arrinconado” o capitalismo “monopólico”, aupado por una ideología apologética del individualismo más descarnado. De modo, pues, que hay un sentido en el que puede decirse que los EEUU habían venido preparándose, durante la mayor parte de su historia, para el papel de hegemón global. Lo único sorprendente es que tomara tanto tiempo el llegar cumplirlo, y que fuera la II Guerra y no la primera la ocasión que les llevó finalmente a jugar ese papel, permitiendo que los años de entre-guerras fueran tiempos de multipolaridad y caótica competición entra ambiciones imperiales como las que ahora teme vislumbrar el informe del NCIS para 2025.

Las derivas tectónicas ahora en curso están, sin embargo, hondamente influidas por la radical desigualdad geográfica en las posibilidades económicas y políticas de responder a la presente crisis. Se me permitirá ilustrar el modo en que opera ahora esa desigualdad por la vía de un ejemplo muy plástico. A medida que ha ido profundizándose la crisis comenzada en 2007, muchos han tomado el partido de una solución plenamente keynesiana como la única capaz de sacar al capitalismo global del desastre en que se halla sumido. Con este fin, se propuso una variedad de paquetes de estímulos y medidas de estabilización bancaria. Muchas de esas propuestas fueron hasta cierto punto puestas por obra en distintos países y de diferentes maneras en la esperanza de hacer frente a las crecientes dificultades. El espectro de soluciones ofrecidas variaba inmensamente según las circunstancias económicas y los perfiles imperantes en la opinión pública (colocando, por ejemplo, a Alemania frente a Francia y a Gran Bretaña en la Unión Europea). Pero pensemos, por ejemplo, en las distintas posibilidades económico-políticas abiertas a los EEUU y a China y en las potenciales consecuencias tanto para la deriva de hegemonía como para el posible modo de resolver la crisis.


China, los EEUU y las soluciones keynesianas

En los EEUU, cualquier tentativa de hallar una adecuada solución keynesiana ha sido condenada de partida, levantándole unas barreras económicas y políticas prácticamente imposibles de franquear. Para funcionar, una solución keynesiana precisaría de una financiación masiva y duradera con déficit. Se dicho con razón que el intento de Roosevelt de regresar a un presupuesto equilibrado en 1937-38 es lo que volvió a hundir a los EEUU en la depresión y que fue la II Guerra Mundial lo que salvó la situación, y no el timorato proyecto rooseveltiano de financiación con déficit que fue el New Deal. Así pues, aun si las reformas institucionales y unas políticas más igualitarias pusieron los fundamentos de la recuperación posterior a la II Guerra Mundial, el New Deal como tal fracasó en punto a resolver la crisis en los EEUU.

El problema para los EEUU en 2008-09 es que parte de una posición de endeudamiento crónico con el resto del mundo (ha estado tomando préstamos a un ritmo de más de 2 mil millones de dólares diarios en los últimos diez o más años), y eso significa una limitación económica para las dimensiones del déficit extra que puede permitirse ahora. (Lo que no fue un problema serio para Roosevelt, quien empezó con un presupuesto equilibrado.) Hay también una limitación geopolítica, puesto que la financiación de cualquier déficit extra depende de la disposición de otras potencias (principalmente del este asiático y de los Estados del Golfo) a prestar. Habida cuenta de ambas limitaciones, hay que dar por prácticamente seguro que el estímulo económico factible en los EEUU no será ni lo bastante amplio ni lo bastante duradero como para subvenir a la tarea de reflotar la economía. Este problema se ve exacerbado por la reluctancia ideológica de ambos partidos a aceptar los enormes montos de de gasto deficitario requeridos para salir de la crisis. Irónicamente, y al menos en parte, porque la anterior administración republicana trabajó conforme al principio de Dick Cheney, según el cual. “Reagan nos enseñó que los déficits no importan”. Como ha dicho Paul Krugman, el primer abogado público de una solución keynesiana, los 800 mil millones de dólares votados a regañadientes por el Congreso en 2009, aunque son mejor que nada, distan mucho de ser suficientes. Se necesitaría una cifra del orden de los 2 billones de dólares, una cantidad excesiva dado el nivel actual de partida del déficit estadounidense. La única opción económica posible sería cambiar el débil keynesianismo de los excesivos gastos militares por un keynesianismo mucho más fuerte abocado a programas sociales. Recortar a la mitad el presupuesto norteamericano de defensa (acercándolo a los niveles europeos en porcentaje de PIB) podría resultar técnicamente útil. Huelga decirlo: quienquiera proponga semejante cosa cometerá suicidio político, dada la posición política mantenida por el Partido Republicano y por tantos Demócratas.

La segunda barrera es más puramente política. Para funcionar, el estímulo ha de administrarse de forma tal, que se asegure su gasto en bienes y servicios para que la economía recupere alegría. Eso significa que hay que dirigir todas las ayudas a quienes harán efectivamente uso de ellas y se gastarán los dineros, es decir, a las clases sociales más humildes, porque las clases medias, puestas a gastar algo, lo más probable es que lo hagan pujando al alza por valores de activos (comprando casas hipotecariamente ejecutadas en subasta, por ejemplo), y no comprando más bienes y servicios. En cualquier caso, en los malos tiempos mucha gente tiende a usar los ingresos extraordinarios inopinadamente recibidos para cancelar deudas o para ahorrar (como ocurrió en muy buena medida con el reembolso de 600 dólares propiciado por la administración Bush a comienzos del verano de 2008).

Lo que parece prudente y racional desde el punto de vista del presupuesto doméstico resulta dañino para el conjunto de la economía. (Análogamente: los bancos han procedido racionalmente al servirse del dinero público recibido para atesorarlo o para comprar activos, antes que para prestarlo.) La hostilidad, preponderante en los EEUU, a “diseminar la riqueza” y a gestionar cualquier ayuda pública que no sean los recortes fiscales a los individuos, viene del núcleo duro de la doctrina ideológica neoliberal (focalizada, pero en modo alguno confinada en el Partido Republicano), según la cual “los hogares saben más”. Esas doctrinas han llegado a gozar en los EEUU de amplia aceptación, como si de un evangelio se tratara, tras treinta años de adoctrinamiento político neoliberal. Según he argüido en otra ocasión, “todos somos neoliberales ahora”, las más veces sin saberlo. Hay una aceptación tácita, por ejemplo, de que la “represión salarial” –un componente clave del problema presente— es un “estado normal” de las cosas en los EEUU. Una de las tres patas de una solución keynesiana –mayor capacidad de negociación de los trabajadores, salarios al alza y redistribución favorable a las clases bajas— es hoy por hoy políticamente imposible en los EEUU. La sola sugerencia de que un programa así equivale al “socialismo” hace temblar al establishment político. Los trabajadores organizados no son lo suficientemente fuertes (tras treinta años de ser machacados por las fuerzas políticas), y no se ve ningún otro movimiento social lo bastante amplio como para presionar por una redistribución a favor de las clases trabajadoras.

Otro modo de lograr objetivos keynesianos es el suministro de bienes colectivos. Eso, tradicionalmente, ha implicado inversiones en infraestructuras físicas y sociales (los programas WPA [Works Progress Administration] de los años 30 del siglo pasado fueron un precedente). De aquí que la tentativa de insertar en los paquetes de estímulo programas para reconstruir y ampliar infraestructuras públicas de transporte y comunicaciones, energía y otras obras públicas en paralelo a un incremento del gasto en atención sanitaria, educación, servicios municipales, etc. Esos bienes colectivos tienen el potencial para generar multiplicadores tanto en el empleo como en la demanda efectiva de más bienes y servicios. Pero lo que se presume es que esos bienes colectivos entrarán, en cierto momento, en la categoría de “gastos públicos productivos” (es decir, que estimulan un ulterior crecimiento), no que se convertirán en una serie de “elefantes blancos” públicos que, según observó Keynes en su día, carecen de otra utilidad que la que tendría poner a la gente a cavar fosas para volver a llenarlas luego. En otras palabras, una estrategia de inversión en infraestructuras ha de orientarse a la sistemática recuperación del crecimiento del 3% a través, pongamos por caso, del metódico rediseño de nuestras infraestructuras y nuestros modos de vida urbanos. Eso no puede funcionar sin una refinada planificación estatal añadida a una base productiva ya existente que pueda aprovecharse de las nuevas infraestructuras. También aquí, el dilatado proceso de desindustrialización experimentado por los EEUU en las últimas décadas, así como la intensa oposición ideológica a la planificación estatal (elementos, éstos últimos, incorporados por Roosevelt al New Deal, y que persistieron hasta los 60, para ser abandonados tras el asalto neoliberal de los 80 a este particular ejercicio del poder del Estado) y la obvia preferencia por los recortes fiscales frente a las transformaciones públicas de las infraestructuras, torna imposible en los EEUU la puesta por obra de una solución plenamente.

En China, por otro lado, se dan realmente tanto las condiciones políticas como las económicas para una solución plenamente keynesiana, y hay allí rebosantes signos de que esa será probablemente la vía a seguir. Para empezar, China posee una gran reserva de excedente extranjero en efectivo y resulta más fácil financiar la deuda partiendo de esa base que de unos gastos de deuda ya acumulada como en el caso de los EEUU. Vale la pena notar también que desde mediados de los 90 los “activos tóxicos” (los préstamos que no funcionan) de los bancos chinos –algunas estimaciones los sitúan en el 40% de todos los préstamos en 2000) han desaparecido de la contabilidad bancaria merced a ocasionales inyecciones de excedente en efectivo procedente de las reservas del comercio exterior. Los chinos han tenido en funcionamiento durante mucho tiempo el equivalente a un programa TARP [el programa estadounidense de rescate bancario puesto en práctica en los últimos meses de 2008], y evidentemente saben cómo manejarlo (aun si muchas de las transacciones llevan la impronta de la corrupción). Los chinos tienen capacidad económica bastante como para embarcarse en un programa masivo de financiación con déficit y disponen de una arquitectura financiera estatal centralizada apta, si se lo proponen, para administrar ese programa con eficacia. Los bancos, durante mucho tiempo de propiedad estatal, puede que fueran nominalmente privatizados para satisfacer las exigencias de la OMC (Organización Mundial de Comercio) y atraer capital y pericia foráneos, pero todavía pueden ser fácilmente sometidos a la voluntad del Estado central, mientras que en los EEUU aun el más vagaroso signo de directriz estatal, por no hablar de nacionalización, da pie a todo tipo de furores políticos.

Análogamente, no hay allí la menor barrera ideológica para una generosa redistribución de recursos a favor de los sectores más necesitados de la sociedad, aunque puede haber necesidad de vencer lo acorazados intereses de los miembros más ricos del partido y de una incipiente clase capitalista. La imputación, según la cual eso sería tanto como el “socialismo”, o todavía peor, el “comunismo”, apenas si despertaría en China sonrisas divertidas. Pero la reaparición en China del desempleo masivo (de acuerdo con los últimos informes, la ralentización de los últimos meses habría provocado ya 20 millones de desempleados), así como los indicios de un extendido malestar social aceleradamente creciente, forzarán seguramente al Partido Comunista chino a emprender masivas redistribuciones, estén o no ideológicamente convencidos de la justicia de las mismas. A comienzos de 2009, esa política redistributiva parece encaminada en primera a revitalizar las atrasadas regiones rurales a las que regresan los trabajadores emigrantes que han perdido sus empleos, frustrados con la constatación de la escasez de puestos de trabajo en las zonas manufactureras. En esas regiones, en las que faltan infraestructuras sociales y físicas, una robusta inyección de recursos por parte del gobierno central contribuirá a aumentar los ingresos, a expandir la demanda efectiva y a dar el tiro de salida para el largo proceso de consolidación del mercado interno chino.

En segundo lugar, hay un fuerte deseo de proceder a inversiones masivas en infraestructuras que todavía faltan en China. –En cambio, los recortes fiscales apenas tienen allí atractivo político— Y aunque es posible que algunas de esas inversiones terminen siendo “elefantes blancos”, la probabilidad de que así sea es allí harto más baja, dada la inmensa cantidad de trabajo que todavía se necesita para integrar el espacio nacional chino y, así, enfrentarse al problema del desarrollo geográfico desigual entre las regiones costeras de alto desarrollo y las empobrecidas provincias del interior. La existencia de una ancha –aun si problemática— base industrial y manufacturera necesitada de racionalización espacial hace más probable que el esfuerzo chino entre en la categoría del gasto público productivo. En el caso chino, buena parte del excedente puede ser canalizado hacia la ulterior producción de espacio, y eso aun admitiendo que la especulación en los mercados de propiedad urbana en ciudades como Shanghái, lo mismo que en los EEUU, es parte del problema y no puede, por consiguiente, convertirse en parte de la solución. Los gastos en infraestructuras, siempre que se hagan a una escala lo suficientemente grande, son de largo aliento y sirven tanto para canalizar el trabajo excedente como para reducir las posibilidades disturbios sociales, contribuyendo ellos también, además, a impulsar el mercado interior.

Implicaciones internacionales

Esas posibilidades completamente distintas que tienen los EEUU y China de propiciar una solución plenamente keynesiana tienen hondas implicaciones internacionales. Si China emplea más recursos procedentes de sus reservas financieras para impulsar su mercado interior, como con casi total seguridad se verá forzada a hacer por razones políticas, dejará menos recursos para posibles préstamos a los EEUU. El descenso de compras de bonos del Tesoro estadounidense terminará por forzar unos tipos de interés más altos, lo que incidirá negativamente en la demanda interna norteamericana, lo cual, a su vez, y a menos que se haga una gestión meticulosa, podría disparar lo que todo el mundo teme y que hasta ahora ha conseguido evitarse: un desplome del dólar. Una paulatina desvinculación de los mercados norteamericanos y la progresiva substitución de los mismos por el propio mercado interno como fuente de la demanda efectiva de la industria china alterarían significativamente los equilibrios de poder (un proceso que, dicho sea de paso, estaría cargado de tensiones, tanto para China como para los EEUU). La divisa china se robustecerá necesariamente frente al dólar (una situación tan largamente pretendida por las autoridades estadounidenses, como secretamente temida), lo que obligará a los chinos a basarse todavía más en su mercado interior para la demanda agregada. El dinamismo que de ellos resultará en el interior de China (contrastable con las condiciones de recesión duradera que prevalecerán en los EEUU) atraerá a más y más productores de materias primas a la órbita comercial china y erosionará la importancia relativa de los EEUU en el comercio internacional. El efecto global de todo lo cual será la aceleración del desplazamiento de la riqueza de Oeste a Este en la economía mundial y la rápida alteración de los equilibrios de poder económico hegemónico. El movimiento tectónico que operará en el equilibrio del poder capitalista global intensificará todo tipo de ramificaciones económicas y políticas impredictibles en un mundo en el que los EEUU dejarán de estar en una posición dominante aun cuando sigan manteniendo un poder importante. La suprema ironía, huelga decirlo, es que las barreras políticas e ideológicas puestas en los EEUU a cualquier programa plenamente keynesiano contribuirán seguramente a acelerar el derrumbe del predominio norteamericano en los asuntos globales, a pesar de que las elites de todo el mundo (incluidas las chinas) preferirían preservar ese predominio el mayor tiempo posible.

Que un genuino keynesianismo baste o no para que China (junto a otros Estados en posición similar) logre compensar el inevitable fracaso del reticente keynesianismo occidental, es cuestión de todo punto abierta. Pero esas diferencias, sumadas al eclipse de la hegemonía norteamericana, bien podrían ser el preludio de una fragmentación de la economía global en estructuras hegemónicas regionales que podrían terminar pugnando ferozmente entre sí con tanta facilidad como colaborando en la miserable cuestión de dirimir quién tiene que cargar con los estropicios de una depresión duradera. No es ésta una idea precisamente alentadora, pero tener en mente la posibilidad de una perspectiva de este tipo podría acaso contribuir a despertar a buena parte del mundo occidental y a percatarse de la urgencia de la tarea que tiene enfrente; a que sus dirigentes políticos dejen de predicar banalidades sobre restaurar la confianza y se pongan a hacer lo que hay que hacer para rescatar al capitalismo de los capitalistas y de su falsaria ideología neoliberal. Y si eso significa socialismo, nacionalizaciones, robustas directrices estatales, forja de colaboraciones internacionales y una nueva y harto más inclusiva (“democrática”, si puedo avilantarme a decirlo así) arquitectura financiera internacional, pues que así sea.

*David Harvey es un geógrafo, sociólogo urbano e historiador social marxista de reputación académica internacional. Entre sus libros traducidos al castellano: Espacios de esperanza (Akal, Madrid, 2000) y El nuevo imperialismo (Akal, Madrid, 2004). Actualmente, es Distinguished Professor en el CUNY Graduate Center de Nueva York. Su último libro es A Brief History of Neoliberalism [traducción castellana: Breve historia del neoliberalismo , Madrid, Akal, 2007]. Mantiene un más que recomendable blog: Reading Marx's Capital blog.

lunes, 9 de febrero de 2009

HOMENAJE A SAÚL CANTORAL EN CUSCO/ VIERNES 13 7PM FDTC


SAÚL CANTORAL ¡PRESENTE!
Los que mueren por la vida/ no pueden llamarse muertos/ y a partir de este momento/ es prohibido llorarlos (Alí Primera)


ACTO POLÍTICO CULTURAL
PROGRAMA

1. Presentación de video en Homanaje a Saúl Cantoral
2. Intervenciones de: Flor Huilca (Responsable del Diario La República en Cusco e hija de Pedro Huilca), Jesús Manya (Polítólogo Cusqueño), Representante de (ARAVIPOC) - Asocacion Regional de Afectados Por la Violencia Politica Cusco
3. Intervención Cultural Jorge Millones y el Grupo TATAKO


Día: Viernes 13 de febrero 1009 Hora: 7: PM
Lugar: Federación Departamental
de Trabajadores del Cusco (FDTC)
Calle Recoleta Calle 522


No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos, Saúl Cantoral ejemplo de lucha vive en quienes anhelamos un Perú nuevo, dentro de un mundo nuevo
Saúl Isaac Cantoral Huamaní nació en Saisa (Lucanas, Ayacucho), el tres de junio de 1946. Inició sus estudios primarios en su tierra natal, concluyéndolos en Nazca, donde realizó los estudios secundarios en el Colegio Nacional Simón Rodríguez.

En 1984 es elegido Secretario General del Sindicato de Obreros Mineros de Hierro Perú, siendo reelegido en 1986 y 1988. En 1987, es elegido Secretario General de la Federación Nacional de Trabajadores MINEROS, METALURGICOS Y SIDERURGICOS DEL PERÚ, durante el Primer Congreso de Unificación. Con este cargo, encabezó dos heroicas y exitosas huelgas durante el primer gobierno del APRA, los días 17 de julio al 16 de agosto, y del 17 de octubre al 12 de diciembre de 1988, en un contexto de represión, amenazas y asesinatos, en medio del recrudecimiento de la guerra interna y de la crisis económica que asolaba al país, fragmentando al movimiento sindical.

Las patronales –como ahora- querían que el peso de la crisis sea soportada por los trabajadores, para así mantener sus altas tasas de ganancias. Sin embargo, las exitosas huelgas mineras frenaron ese intento. Saúl Cantoral sabía que no solo se trataba de los sueldos de los trabajadores. Lo que además estaba en juego era la imposición de un proyecto neoliberal de carácter excluyente y anti-popular propiciado por los sectores privilegiados de siempre. En ese contexto, los empresarios no escatimarían esfuerzos en frenar por la vía autoritaria y violenta el desarrollo de la unidad sindical y el fortalecimiento de la organización popular.

Precisamente, por las cualidades organizativas y personales de Cantoral -quien perteneció a una nueva generación de dirigentes vistos como "peligrosos", tanto por Sendero Luminoso como por las clases dominantes de entonces- el 13 de febrero de 1989, el mal llamado Comando Paramilitar Rodrigo Franco lo secuestró, torturó y asesinó. Han transcurrido veinte años, y los principales implicados en su cruel crimen: AGUSTIN MANTILLA (ex Ministro del Interior del APRA), JESUS "CHITO" RÍOS Y LOS OTROS MIEMBROS DEL COMANDO PARAMILITAR continúan libres. Durante estos veinte años, hemos venido exigiendo sanción para los culpables de su muerte, quienes incluso en algunos casos trabajan al lado de autoridades apristas. Pese a esta injusta situación, hemos logrado avances significativos para esclarecer las responsabilidades y hacer justicia a nuestra demanda, como la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que responsabiliza al Estado Peruano por el asesinato de Saúl Cantoral Huamaní. Sentencia que el gobierno aprista se ha negado a cumplir.

A pesar de todo, el ejemplo de nuestro querido compañero sigue presente en nosotros, en la memoria y en los corazones del pueblo peruano, que no ha olvidado su sacrifico por las justas causas de los trabajadores mineros, de los trabajadores y de las clases populares en general, habiéndose convertido en un símbolo de lucha contra el olvido, de defensa intransigente de los derechos humanos y sobre todo de la esperanza por construir una patria digna para todos y todas.

visita el blog: www.saulcantoralvive.blogspot.com
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domingo, 8 de febrero de 2009

¡Que se vayan todos!/ Naomi Klein

¡Que se vayan todos!
Naomi Klein (www.sinpermiso.info)

08/02/09

Viendo a las multitudes en Islandia blandiendo y golpeando ollas y cacerolas hasta hacer caer a su gobierno me acordaba yo de una popular consigna coreada en los círculos anticapitalistas en 2002: "Ustedes son Enron; nosotros, la Argentina".

Su mensaje era suficientemente simple. Ustedes –políticos y altos ejecutivos amalgamados en alguna que otra cumbre comercial— son como los temerarios estafadores ejecutivos de Enron (claro que entonces no sabíamos ni la mitad de lo ocurrido)—. Nosotros –el populacho mantenido al margen— somos como los argentinos, quienes, en medio de una crisis económica misteriosamente parecida a la nuestra, salieron a la calle con ollas y cacerolas al grito de: "Que se vayan todos". Forzaron la dimisión de cuatro presidentes en menos de tres semanas. Lo que hizo única la rebelión argentina de 2001-2002 fue que no iba dirigida contra ningún partido político concreto, ni tampoco contra la corrupción en abstracto. Su objetivo era el modelo económico dominante: fue la primera revuelta de una nación contra el capitalismo desregulado de nuestros días.

Ha tomado su tiempo, pero, finalmente, desde Islandia hasta Letonia, pasando por Corea del Sur y Grecia, el resto del mundo está llegando al mismo resultado: ¡que se vayan todos!

Las estoicas matriarcas islandesas que sacaban sus cacerolas mientras sus hijos buscaban proyectiles en el frigorífico (huevos, desde luego, ¿también yogures?) reproducen las tácticas que se hicieron famosas en Buenos Aires. Un eco de la rabia colectiva contra unas elites que destruyeron un país otrora próspero pensando salir de rositas. Como dijo Gudrun Jonsdottir, una oficinista islandesa de 36 años: "Estoy hasta el moño de todos esto. No me fío del gobierno, no me fío de los bancos, no me fío de los partidos políticos y no me fío del FMI. Teníamos un país estupendo, y se lo han cargado".

Otro eco: en Reikiavik, los manifestantes no se conforman con un mero cambio de rostros en la cúspide (aunque la nueva primera ministra sea una lesbiana). Exigen ayudas al pueblo, no a los bancos; investigación penal de la debacle; y una profunda reforma electoral.

Parecidas exigencias pueden oírse en Letonia, cuya economía ha experimentado la contracción más drástica dentro de la Unión Europea y en donde el gobierno se halla al borde del precipicio. Durante semanas, la capital se ha visto sacudida por protestas, incluidos unos disturbios en toda regla el pasado 13 de enero. Como en Islandia, los letones están indignados por la negativa de sus dirigentes a aceptar la menor responsabilidad por la catástrofe. Preguntado por la Televisión Bloomberg por las causas de la crisis, el ministro de finanzas letón soltó displicentemente: "ninguna en especial".

Pero los disturbios letones sí son especiales: las mismas políticas que permitieron al "Tigre Báltico" crecer a una tasa del 12% en 2006, están ahora causando una violenta contracción que se estima del 10% para este año: el dinero, emancipado de toda barrera, viene tan prontamente como se va, tras rellenar, eso sí, algunos bolsillos políticos. No es casual que muchas de las catástrofes de hoy sean los "milagros" de ayer: Irlanda, Estonia, Islandia, Letonia.

Pero todavía hay algo más argentinesco en el aire. En 2001, los dirigentes argentinos respondieron a la crisis con un brutal paquete de austeridad dictado por el FMI: 9 mil millones de dólares de recorte del gasto público, señaladamente en sanidad y educación. Lo que se reveló un error fatal. Los sindicatos de los trabajadores realizaron una huelga general, los maestros sacaron sus clases a la calle, y por doquiera proseguían las protestas.

Esa misma negativa de los de abajo a ser inmolados en la crisis es lo que une hoy a muchos manifestantes de todo el mundo. En Letonia, buena parte de la cólera popular se ha centrado en las medidas gubernamentales de austeridad –despidos masivos, recorte de servicios sociales y brusca disminución de los salarios en el sector público— tomadas para hacer méritos ante el FMI, de quien se espera un préstamo de urgencia: no, definitivamente, nada ha cambiado. Las revueltas del pasado diciembre en Grecia fueron desencadenadas por el asesinato a tiros por la policía de un adolescente de 15 años. Pero lo que las mantiene vivas, con los agricultores recogiendo el testigo de los estudiantes, es la general cólera que desierta en el pueblo griego la respuesta del gobierno a la crisis: se ofrece a los bancos un rescate por valor de 36 mil millones de dólares, mientras se recortan las pensiones de los trabajadores y se da a los campesinos poco más que nada. A pesar de las molestias causadas por el bloqueo de carreteras de los tractores, el 78% de los griegos opina que las exigencias de los agricultores son razonables. Análogamente en Francia, en donde la reciente huelga general –desencadenada en parte por los planes del presidente Sarkozy de reducir espectacularmente el número de profesores— se atrajo el apoyo del 70% de la población.

Acaso el hilo más robusto que atraviesa a toda esa revuelta global sea el rechazo a la lógica de la "política extraordinaria", por emplear la expresión acuñada por el político polaco Leszek Balcerowicz para describir el modo en que los políticos acostumbran ahora a ignorar las disposiciones legislativas para avilantarse a "reformas" de todo punto impopulares. Un ardid que está dejando de funcionar, como acaba de descubrir ahora el gobierno de Corea del Sur. En diciembre pasado, el partido gobernante trató de servirse de la crisis en curso para lanzarse a un más que discutible acuerdo de libre comercio con los EEUU. Llevando a nuevos extremos la política de puertas cerradas, los legisladores se cerraron a cal y canto en la Cámara para poder votar en privado: defendieron la puerta con mesas, sillas y butacas. Los políticos de la oposición no se dejaron impresionar: con martillos percutores y sierras eléctricas, echaron la puerta abajo y entraron en el Parlamento organizando una sentada que habría de durar doce días. Se aplazó el voto, a fin de permitir un mayor debate. Una victoria para un nuevo tipo de "política extraordinaria".

Aquí, en Canadá, la política es notoriamente menos pronta a escenas chocarreras que terminan en YouTube, pero tampoco ha estado exenta de sorprendentes acontecimientos. El pasado octubre, el Partido Conservador ganó las elecciones nacionales con un programa sin ambición. Seis semanas después, nuestro primer ministro tory se sacaba de la chistera un proyecto presupuestario que privaba del derecho de huelga a los trabajadores del sector público, abolía la financiación pública de los partidos políticos y no contenía el menor atisbo de estímulo económico. Los partidos de oposición replicaron con la formación de una coalición histórica, que no consiguió hacerse con el poder sólo porque se suspendió abruptamente la sesión parlamentaria. Los tories han regresado ahora con un presupuesto revisado: las políticas extremistas de derecha han desaparecido, y hay un paquete de estímulos económicos.

La pauta es clara: los gobiernos que responden a la crisis creada por la ideología de libre mercado con una acrecida dosis de la desacreditada medicina, no sobrevivirán al intento. Como están gritando en la calle los estudiantes italianos: "No pagaremos por vuestra crisis".

Naomi Klein es autora de numerosos libros, incluido el más reciente The Shock Doctrine: The Rise of Disaster Capitalism.

viernes, 6 de febrero de 2009

BOLIVIA Y SU DEMOCRACIA DE ALTA INTENSIDAD/ BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS


Entrevista con el sociólogo Boaventura de Sousa Santos
"Bolivia y su democracia de alta intensidad"

Claudia Espinoza
Cambio

Suele sorprender, sobre todo en Bolivia, que una de las expresiones más importantes en el área de la sociología a nivel mundial, se encuentre en el país. Boaventura de Sousa Santos, es Doctor en Sociología del derecho, catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad de Coimbra (Portugal), Director del Centro de Estudios Sociales y del Centro de Documentación 25 de abril. Pero quizá el mayor de sus méritos personales e intelectuales es haber intentado por todos los medios, ser más latinoamericano que europeo. Acabó siendo el amigo siempre necesario. Con un español, casi perfecto aunque a ratos, esforzado, el señor Boaventura de Sousa Santos, nos obsequia apreciaciones imperdibles sobre la realidad de nuestros países. Sin desperdicio.




P: ¿Qué opinión tiene del proceso social, político y cultural boliviano, y dentro de ello las elecciones del último referéndum?


Como usted probablemente sabe, vengo acompañando desde hace tiempo este proceso político cultural, pienso que es uno de los hechos más importante del mundo no sólo del continente latinoamericano. Y es importante porque se están promoviendo cambios políticos, sociales y culturales; incluso la idea de país, todo esto está en discusión en Bolivia. Con todas las dificultades que conocemos, se está dando dentro de un marco democrático. Es un marco muy rico, porque incluye democracia representativa, referéndums que se ha hecho para los presidentes, para las prefecturas, para todas las instancias de poder. Hay una combinación entre democracia representativa y democracia participativa. Y esto para mí, en términos de teoría democrática en el mundo es muy enriquecedor. Estos momentos de consultas, normalmente obligan a otros momentos de negociación, de concertación. No es digamos, excepcional, que estos resultados deban ser tratados a través de una concertación. Cualquiera sea la posición que tengamos sobre Evo Morales, y mi posición es muy positiva, Evo ha colocado a Bolivia en la agenda mundial. Mire, como europeo, porque como usted sabe yo vengo de Portugal, hoy en día, por lo que pude espectar el domingo, yo me quedo muy humilde, humilde por ver todo el cuidado, la capacitación, el entrenamiento de jurados ciudadanos. Todo muy novedoso. Bolivia está realmente en la delantera en crear un sistema logístico, técnico, muy bueno; con garantías de seguridad, de transparencia que no son comunes en el mundo hoy día. Por otra parte, yo estoy aquí para aprender de alguna manera, y me molestó la actitud de algunos observadores de la Unión Europea que vienen siempre con la idea de que EE.UU. y la Unión Europea le deben dar lecciones democráticas a Bolivia. Mirando lo que ocurre en las elecciones en Europa y en EE.UU., estos países deberían recibir lecciones de Bolivia, de cómo se intenta crear un marco de democracia de alta intensidad. Eso es radicalmente importante. Estuve en áreas urbanas y rurales, la seriedad fue lo que más me impactó. La democracia llevada en serio en Bolivia, el cuidado extremo. Me doy cuenta de esta participación ciudadana, y es notable, en otros países no sucede de este modo. Estoy muy satisfecho con todo esto. Pienso que este marco democrático es irreversible. Estamos hablando de gente que tiene muchas dificultades, que trabaja 12 ó 15 horas por día, que tienen trabajo precario y que tienen poco tiempo para la capacitación; pero el esfuerzo que han realizado no debe ser frustrado. Los líderes políticos, el gobierno, las oposiciones, deben saber que este es un capital democrático que no se puede desperdiciar. Porque si la gente al final del día, llega a la conclusión que este esfuerzo es vano, porque después no hay gobernabilidad, y hay violencia en las calles; entonces la gente se queda muy deprimida, muy decepcionada con la democracia.


Lo que se ha logrado en los últimos años en Bolivia, Ecuador, Brasil y en otros países, es realmente un cambio valioso para el continente. Finalmente la democracia está siendo llevada en serio por el pueblo y la responsabilidad de todos los políticos, de la oposición y del gobierno no es, de ninguna manera, frustrar este proceso. Porque es muy difícil ganar confianza en la democracia, pero es fácil perderla. Ese sería mi mensaje a los políticos, en el gobierno y en la oposición de este país. Por favor no desperdicien, este gran capital que Bolivia está dando a Bolivia, al mundo y al continente.



P: ¿Cómo cree usted que evalúa la Unión Europea lo que sucede en Sud América y entre los países del sur a Bolivia?


Le agradezco la pregunta. Creo que hay dos cosas que debemos tener en cuenta. En primer lugar, Europa no tiene conocimiento de la complejidad social y política de los que sucede en América Latina. Y por eso su reacción, es pretender aplicar modelos europeos como si estuviésemos en Europa. Hay un desconocimiento que no se reconoce como tal. Y en segundo lugar, como no se conoce una realidad, adoptan cierta arrogancia, que por veces tiene elementos colonialistas y racistas. Su idea es que los latinoamericanos, nunca son tan buenos, nunca son confiables en sus procesos políticos económicos y necesitan siempre nuestra ayuda económica, por cierto, pero también política y también legislativa. Y eso a mi me molesta. Estaba discutiendo, con algunos españoles, estos días. Les decía, ustedes hablan de un país fracturado, pero miren lo que pasa en Italia, en España, en Irlanda, lo que pasa en Bélgica. Para no hablar de la Europa central, que entró ahora en la Unión Europea. Hay problemas en todos estos países, porque la democracia realmente es un proceso político complicado. La idea de gran parte de los expertos en derecho constitucional, yo también he trabajado bastante en esta área, es que el constitucionalismo europeo: es universal, y por eso las constituciones novedosas, que yo llamo transformadoras, como son las constituciones de Ecuador y ahora de Bolivia no se cuadran bien dentro de este modelo de constitucionalismo moderno, que es muy homogéneo, que reduce la complejidad del país, no reconoce la diversidad cultural, económica, regional de los países y por eso no se cuadra bien y como no se cuadra bien es considerado menos correcto. Menos elaborado, problemático, contradictorio. Europa junto a los Estados Unidos no tiene más que el 15% de la población del mundo, el 85% esta afuera, estas personas se rigen por otras culturas.


En América latina, Asia y África, no podemos aplicar los derechos humanos, la democracia, el constitucionalismo con las mismas medidas "universales". Por otra parte, el dominio económico. Como usted sabe los tratados de libre comercio entre la Unión Europea y países de América latina, el MERCOSUR y los países de la Comunidad Andina, estas negociaciones han estado paralizadas ¿por qué? A mi juicio, porque si nosotros miramos los documentos que están detrás y que fundan toda esta negociación; ellos no son muy distintos de los tratados de libre comercio de los Estados Unidos. Entonces, Europa llega aquí al continente propagando que es alternativa a los Estados Unidos, que Europa está muy preocupada por la cuestión social en América latina, y que además Europa tiene una cierta responsabilidad histórica porque estuvo aquí como colonizadora, pero cuando vamos a la mesa de las negociaciones y cuando miramos los documentos; es neoliberalismo puro y duro. La misma idea de que las economías latinoamericanas tienen que abrirse, pero no pasa lo mismo con la UE; dicen que se tienen que terminar cierto subsidio acá, pero no se terminan los subsidios en Europa, entonces, lo que llamamos el "estándar duplo", se aplica a estos países pero no se aplica en Europa. Los principios neoliberales de EE.UU. que rigen todos los tratados de libre comercio que encara este país; están en una crisis enorme, hoy día tenemos resultados de aquello, y la historia más cruel, es México. Que es una economía totalmente dependiente de los EE.UU. y sin ninguna posibilidad de responder a una crisis económica. Con lo que sucede en México podemos sacar conclusiones de toda la crisis económica y los resultados de los tratados de libre comercio. Los latinoamericanos lo saben muy bien, porque han luchado contra el ALCA, (Tratado de Libre Comercio), porque tienen alternativas de otro tipo que están funcionando. El MERCOSUR (Mercado Común del Sur), no avanza mucho pero tiene otra lógica, tienen el ALBA, que en algunos aspectos está intentando crear otro tipo de integración basada en la reciprocidad, con relaciones más horizontales. Yo no estoy diciendo que Europa pueda ser alguna vez, parte del ALBA; en este sentido, no estoy yendo hacia una posición extrema. Lo que estoy diciendo es que Europa tendría que basar sus propuestas en la reciprocidad, con propuestas moderadas y sobre todo intentando reconocer los procesos políticos acá; no sólo como un problema; también como una solución alternativa y no solamente para los problemas de América latina, también para Europa, o EE UU. Le doy un ejemplo, en mi país, Portugal, acaban de nacionalizar un banco, aquí hacen un gran escándalo cuando se nacionaliza un empresa. Pero ¿qué está haciendo EE UU, Portugal y otros países de la Unión Europea? Están nacionalizando empresas, están nacionalizando bancos. Estas soluciones que están implementando los países industrializados: la entrada masiva de inversión pública para crear infraestructura y empleo por ejemplo, son cosas que los países de África de Asia y de América latina, vienen proponiendo desde hace treinta años, lo que dura el neoliberalismo; y siempre fueron rechazadas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Y ahora los países que rechazaban estas medidas, están haciendo lo que nuestros países querían hacer y no los dejaban. Han perdido toda legitimidad para imponer su vieja economía, que está en la banca rota, que ya se suicidó.


El neoliberalismo no fue asesinado por los movimientos sociales de América latina o por el Foro Social Mundial; se suicidó. Un capitalismo sin reglas es autodestructivo. Los burócratas de la Unión Europea, entrenados por el BM y el FMI, en las políticas neoliberales de la escuela de Chicago no tienen la capacidad técnica ni política para entender lo que es novedoso en este continente. Por eso me parece bien lo que el presidente Lula le dijo al presidente Obama, "por favor mire América latina con ojos distintos, no sólo como un problema, sino también como la solución". "No se deje influenciar por alguna retórica agresiva, de los gobiernos de América latina, es natural que estén resentidos con la política de injerencia en la economía y la política de nuestros países, es natural que los países digan basta". Lo que ahora necesitamos saber, es si a partir de ahora, va a haber un nuevo marco de relaciones. Pienso que hay condiciones para aquello, y lo que es novedoso, es que hay realmente una integración que no es completa, que no está exenta de contradicciones; sin embargo, hay una integración política que funcionó muy bien cuando hubo el intento de golpe aquí en Bolivia, y los países de Sud América, están muy atentos a lo que vaya a pasar políticamente acá. Y son muchos países, que pueden incluir en algún caso, incluso al presidente Uribe de Colombia. Esta unidad es muy heterogénea políticamente, pero tiene algo en común: defender los procesos democráticos del continente y no permitir que por la vía del golpe se puedan terminar con esos procesos. Esto es para mi una de las cosas que corresponde exigir a la comunidad internacional: que respete lo que está pasando en Bolivia, lo que está pasando en el continente en general, y que apoyen a las fuerzas que están del lado de la redistribución social y que están de lado de la democratización de la sociedad. No se puede ser hipócrita y decir que Europa está a favor de una sociedad más justa y a favor de los derechos humanos: y en la práctica hacer lo opuesto.



P: Lo que ha sucedido en Palestina, con seguridad volverá a suceder y esto es realmente angustiante. ¿Existe una salida al conflicto que no sea la opción militar?


Mire yo le tengo que decir que estoy muy escéptico sobre lo que vaya a pasar. Cuando uno mira los textos fundacionales del estado de Israel, uno se da cuenta, que la creación de Israel es un acto concientemente hostil en contra de Palestina. Creen que Israel tiene derecho a ese territorio y queda casi implícito que los palestinos deben ser echados de Palestina. Además la idea de que no se puede confiar en los árabes; que es gente es inferior, y que por eso "nosotros tenemos que tener con ellos un trato colonial no un trato democrático"; es una idea muy racista. Sin embargo, eso ya está en los textos de 1938, hay que volver a leerlos. Por otro lado, hoy es claro que la creación del estado de Israel, fue el más reciente, probamente no el último; acto colonial de Europa, que sacrificó una población entera, que fue expulsada de sus tierras, para que Europa pueda de alguna manera expiar su crimen horrible, pues el holocausto fue cometido en Europa, y para expiar, para arrepentirse de este crimen, se crea el estado de Israel, en contra de la población palestina, con eso no estoy diciendo que Israel no tiene derecho a existir; claro que tiene derecho a existir, lo ideal seria que exista en un Estado, como el que estamos tratando de crear en América latina, pluriétnico, pluricultural y con grandes autonomías internas. No soy muy optimista, sobre la convivencia de los dos estados, primero porque no la veo en los textos oficiales, en los textos doctrinarios de Israel. Por otro lado, la existencia de dos estados ya no es posible precisamente debido a los colonatos que allí existen. Tanto en Cisjordania como en la franja de Gaza; hay más de 400 mil colonos que están allí, ciudadanos de otro país con carreteras sólo para israelíes, que pagan la electricidad a un precio inferior al que pagan los palestinos, que utilizan las mejores tierras, las mejores fuentes de agua, y que prohíben a los palestinos usar esa agua; es el apartheid. No es posible pretender encontrar una solución para dos Estados, cuando la situación es de apartheid. Y aquí entra también el problema de Jerusalén como ciudad internacional. Los "halcones" de Israel tienen un poder enorme, y lo que hicieron ahora fue una provocación premeditada, eso está demostrado. No fue Hamas quien violó el cese al fuego, fue Israel quien realizo un acto de provocación bombardeando la Franja de Gaza. Hamas antes de responder con los cohetes artesanales roquets, propuso una renegociación del cese al fuego, y claro, Israel rehusó y continuó atacando a Gaza.


En la reciente irrupción bélica, existen tres aspectos que no tienen nada que ver con Palestina: Va a haber elecciones en Israel, y la coalición que esta en el poder, esta en riesgo electoral. Entonces realizan este acto militar, que para Israel es fácil, pues tiene un importante poder militar, Hamas no representa una amenaza para Israel, es menos, militarmente hablando, que Hezbolá, en el Líbano. La segunda razón, es la venganza de un ejército que fue derrotado en el Líbano en su lucha contra Hezbolá y ahora quiere tener una victoria. La ultima razón, es crear un hecho consumado antes que Obama sea embestido como presidente, esto fue muy claro, crear una situación que ya no pueda ser discutida por Obama. Por eso yo le debo decir que estoy muy escéptico sobre una posible solución en el corto plazo en el medio oriente. La opción pacifica es muy lejana y la opción militar tampoco va a resolver el problema. Si usted mira las imágenes del ejército israelí entrando en Gaza, son imágenes similares a la invasión de Irak, los mismos uniformes, los mismos infrarrojos, es decir, Irak fue una anticipación de Gaza. Se dice que hace muchos meses los israelitas pidieron permiso a EE UU para bombardear a Irán y Busch, como estaba ya un poco debilitado, les dice que no. Esto da una medida del peligro, imagínese lo que sería un bombardeo a un país tan poderoso, como Irán, con alianzas en todo el mundo, incluso en America Latina. El problema es que la gente se olvida los orígenes del estado de Israel y que Hamas fue elegido democráticamente, en elecciones libres y transparentes y el mundo occidental no reconoció aquellas elecciones, y es ahí donde empezó todo. A occidente le gusta la democracia cuando favorece a sus intereses, cuando no le favorece apoya alguna acción de los golpistas. En América latina también puede suceder. Si Hamas hubiese sido admitido la situación seria otra, el hecho de que Hamas no reconoce a Israel, es un hecho retórico porque incluso han negociado con Israel. Por todo esto es muy difícil la búsqueda de soluciones en el corto plazo.



P: ¿La presidencia de Obama, le ofrece a nuestros países guardar alguna módica esperanza?


La victoria electoral de Obama es un hecho que va más allá de un hecho político, es un hecho emocional, histórico, es un hecho "civilizacional". Observar, que este señor no podía entrar hace sesenta años a un restaurante de blancos, y hoy es presidente de los EE UU y ocupa la casa blanca, él que es negro; entonces la casa blanca, ahora también es negra. Las expectativas que hay sobre Obama en EE UU y en todo el mundo; son muy altas, por eso las frustraciones pueden ser también muy grandes. Si usted mira con cuidado, antes de la investidura de Obama, fue muy claro, de varias maneras se ha ido tratando de bajar las expectativas, en relación a Israel, en relación a la economía, en relación a América latina, ¿para qué?, para que la frustración no sea mayúscula. En este momento existen condiciones para decir que los EE UU pueden implementar una política distinta, no distinta en términos económicos, toda la diplomacia de los EE UU está basada en proteger sus intereses económicos; pero pienso que puede haber más respeto a los procesos democráticos, y algunos de estos procesos son estratégicamente muy importantes, como es el caso de Brasil, Argentina o Chile. Estos países han mostrado coherencia al proteger los procesos democráticos. Yo pienso que eso es lo que va cambiar. Claro que no me gustó las declaraciones de Hillary Clinton, ahora como jefa del departamento de Estado, dijo claramente que Venezuela y Bolivia eran países muy problemáticos, que dominaban por el temor… eso no se comprende ¿no? Parece que la idea del departamento de Estado es aislar a estos países del resto de los países de America Latina. Hasta ahora han intentado dividir a América latina, y no lo han logrado, no lo han logrado con el ALCA, al contrario, los países latinoamericanos se están reuniéndose para tener una posición muy fuerte, de no permitir que la Cuarta Flota Americana esté patrullando de sus aguas internacionales.