UNA ESPERANZA PARA CERRO DE PASCO

UNA ESPERANZA PARA CERRO DE PASCO

Por Yomar Meléndez Rosas

Dónde están aquellos tiempos de abundancia y bonanza,
de la más dulce esperanza que en el Cerro se acabó(…)

“Añoranza”, Muliza cerreña.

Es otra de las paradojas que caracterizan a nuestro país: la ciudad que por muchos años ha entregado cuantiosos beneficios al Estado carece de desagüe y agua potable, sufre los peores grados de contaminación ambiental, gran parte de sus viviendas son inhabitables y la mayoría de niños y madres en edad fértil superan el máximo permitido de plomo en la sangre establecido por la OMS.

Pero eso no es todo. Lejos de asumir posiciones que defiendan la vida y la salud del pueblo, las autoridades provinciales de hoy prefieren firmar acuerdos que sólo benefician a la expansión minera, tal como se hizo en 1971, 1998 y se volverá a repetir el 2013.

Resulta, por tanto, positivo que el Congreso de la República haya decidido insistir en la propuesta de reubicar Cerro de Pasco mediante la dación de una ley –propuesta por la congresista Gloria Ramos- que declara este asunto como “necesidad pública” y de “interés nacional”.

La norma establece la constitución de una Comisión Interinstitucional que se encargará de elaborar los lineamientos y estrategias para la reubicación, los planes de control de fuentes contaminadoras, de restauración ambiental y atención de salud, el Plan de Contingencia y el presupuesto y esquema de financiamiento.
Distintas han sido las alternativas en torno a la nueva ciudad. El presidente regional, Félix Rivera Serrano, ha sugerido edificar la próxima capital de Pasco entre las localidades de Shelby y Tambo del Sol, una zona desmineralizada cercana a la Carretera Central que podría albergar a medio millón de pobladores. Ha señalado, además, que el financiamiento debe implicar la búsqueda de la cooperación internacional, sin olvidar la responsabilidad estatal y el aporte indemnizatorio que le corresponde asumir a la empresa minera. Por supuesto que la mejor alternativa de ubicación la definirá una consulta ciudadana, tal como lo establece el proyecto de ley aprobado.

Se abre entonces la posibilidad de reivindicar Cerro de Pasco. La mezquindad con la que fue tratada desde los primeros denuncios mineros de 1567, podría terminarse. Sólo se necesita voluntad política de los gobernantes y la unidad férrea de los cerreños para llevar el proceso hasta su punto culminante.

Nada ni nadie debe alterar el camino señalado. Las organizaciones sociales y políticas que defienden la dignidad pasqueña tienen el deber de colocarse a la vanguardia. De seguro, los que siempre se opusieron a esta salida y en la actualidad dicen apoyarla intentarán desviar el camino. No importa. Los auténticos herederos de Gamaniel Blanco, Fermín Espinoza, Héctor Chacón y Agapito Robles saben que “cuando una flor se marchita, otra flor brota en la tierra”.